Cuando lo inalcanzable se tiene tan cerca, la cabeza se llena de ilusiones y de deseos; el deseo de tocar su voz, sus manos, su rostro... y es tan intenso ese deseo que duele, pero que dolor tan extraño...
Cuando cada mañana la miro en la distancia, espero que ese dolor sacuda mi alma porque ese mismo dolor me da la vida y me la quita, me da esperanza y en segundos esa esperanza se va... Ya os dije que era un dolor un poco extraño
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